La primera estaba muy limpia, sin un pelo en el suelo y el peluquero tenía un corte de pelo magnífico.
En la segunda se encontró todo lo contrario. El peluquero tenía la cabeza llena de trasquilones, y había pelos por todos sitios.
A pesar de ser muy escrupuloso, Cristóbal decidió cortarse el pelo en esta peluquería.
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